Hay ocasiones -no siempre- en las que decido tomar un descanso de usar arraigadamente mi cabeza para desconectarme en una de las acciones modernas que menos necesitan de nosotros como espectador (o se ha dicho que es así): ver televisión.
Sí, es verdad que la pantalla digital o analógica, o como se pueda ver, ha implantado aparentemente más males a la sociedad moderna que beneficios; cosas por la cual ha sido satanizada -desde mi parecer, de forma injusta- en las redes sociales, en las manifestaciones de índole insurgente (directas a la política moderna) y entre los grupos de "intelectuales". La realidad puede ser otra, ya que, como paréntesis, hay que tener en cuenta que en en el mundo en donde vivimos es muy presurizado, veloz, vertiginoso, y etiquetado con demás adjetivos que puedan representan desesperación; nuestra sociedad es así, el sistema del futuro es así y no hay nada para poder evitarlo, y lo malo no recae en las consecuencias que se avecinan con el cambio, con las personas que se acostumbraron a un mundo antiguo ahora ya decrépito, sino en como será tomado por las generaciones que llegan, por los pequeños que nacen rodeados de aparatos que se han desarrollado en más de medio siglo de investigaciones -que en realidad fueron muy gigantescas- aprendiendo los modos de la modernidad en pocos meses, o días; con todo esto no doy más que la introducción para hablar de algo que debe de estar muy presente en todos nosotros, en los nuevos modos de aprendizaje, en las cosas que se deben de enseñar en los colegios de hoy en día, que es la lectura de los nuevos lenguajes, tanto como el cinematográfico, como el empleado en la televisión, que no poseen divergencias notables. Leer imágenes es lo del futuro, y aunque no quiero -para nada- desacreditar a los libros y cualquier otro medio de comunicación escrita (periódicos, gacetas, folletos, blogs, etc.) hay que tener en cuenta que lo que gobierna nuestra vida es este dialecto audiovisual, y que se ha apropiado tanto de la cultura popular que ha cambiado dramáticamente el destino de las futuras generaciones. Regresando al tema de la televisión, hay que aprender hasta incluso como perder nuestro tiempo; durante todo el día, casi las veinticuatro horas que, muy subjetiva mente, lo forman, en la pantalla chica (que llega hasta más de las cuarenta pulgadas o solo una pantalla del tamaño de una palma, hasta el tamaño del móvil) se transmiten información en imágenes, la mayoría en verdad no muy necesaria, sino solo entretenimiento barato que funciona más que nada para distraer el cerebro al grado de dejarlo siempre distraído: comedia sin sentido, chistes de mal gusto, programas sosos que nos dejan una enseñanza equivocada de lo que es la vida, productos vacíos que solo poseen como arma los cráneos vacíos, y demás vicios que han puesto en el estandarte de la discordia al aparato más revolucionador del siglo XX y XXI.
Pero, a pesar de todo, de todos los tabúes cosmopolitas que surgen con la basura que es pacaz de crear la televisión, aun hay un hueco de luz. ¿Qué pasa cuando encontramos algo de buena calidad en algo que ha sido inculpado con el delito de no tener nada de buena calidad? ¿Es posible encontrar un programa bueno? Con mi experiencia sentado frente a mi pequeño televisor sobre mi sofá café, puedo decir que sí, que hay mucho de que hablar que sucede en la televisión, hay muchas cosas que en verdad necesitan reconocimiento, que necesitan ser expuestas, dialogadas, debatidas, que nos abren la mente como espectador y que no funcionan solo como imágenes vacías, sino que nos hacen mover los engranajes que se llenan de telarañas al dejar la vida a los vicios. ¿Existe literatura en la televisión?
Antes de nada, o todo, otro paréntesis, otro aspecto que quiero hacer entender, y es el significado de la palabra literatura, ya que por distintos medios me he dado con la tarea de buscar una definición de los más estable, he acudido a poner la planteada por la Real Academia Española (RAE) complementada con lo que me encontrado en mi investigación:
se define siempre como un modo de expresión artística, arte que se vale del lenguaje, herramientas como la palabra escrita y en ocasiones, la hablada; un termino que ha nacido del latín "litterae", cuyo significado es "letras"; concepto que posee una estrecha relación entre el arte de la gramática, retórica y la poesía.
Quiero con esto llegar a la idea de que en la literatura, es necesario un lenguaje específico, un modo de comunicación directa con la cual se nos habla de un tema a través de una historia. Y ahora hay que ver algo, algo que ya decía antes, y era que en la industria de lo audiovisual, se tiene un propio lenguaje, se tiene los propios códigos, un abecedario que como cualquier otro se compone de símbolos los cuales, cada uno posee su nombre. Hay que indagar más dentro del mundo del cine para conocer esto, y al final les dejaré un vídeo en el cual se puede explicar la idea que quiero proponer. Pero a lo que quiero llegar, es que en un vídeo, en una película lo que vemos no es más que un texto, un texto que no todos sabemos leer, ya que como desde pequeños nos enseñan a entender cada símbolo del abecedario castellano -en nuestro caso como hispanohablantes- y que con eso comprendemos que con letras podemos formar palabras que a su vez forman oraciones, párrafos, textos, cuentos, novelas, informes, artículos, etcétera; también es indispensable conocer el significado de este lenguaje audiovisual, cosa que no se enseña del todo bien hoy en día, y que aun no pega con la fuerza necesaria a pesar del avance que vive nuestro mundo.
Al ver una película, como ya he escrito, nos están hablando, hay una historia que no solo se cuenta con los diálogos y las acciones, ni con la trama principal, sino que también involucra a lo que vemos, que no es solo un adorno o un modo de exponer más sencillo la historia, porque no, el cine no es sencillo. entender lo que dicen las imágenes nos puede hacer comprender las diferencias entre una buena película y una mala, así como el tener un buen conocimiento de la lengua española nos puede hacer diferenciar de un libro bien escrito y uno mal escrito. Todo es cuestión de saber leer, de saber donde van los espacios, las comas, las tildes y los nexos, y eso, como todo, solo se puede ir mejorando con la practica, con el leer a los buenos autores.
Y entrando en temática, alzando la pregunta que ya plantee ¿hay literatura en la televisión? Agora comprendiendo que así como un libro y una película son no más que textos que utilizan lenguajes diferentes, que se enfocan en comunicar, hay que hacer un breve repaso histórico.
En 1840, en Francia, ocurrió algo, dos aspectos que han revolucionado el mundo para formarlo en parte, como lo conocemos hoy en día. El empresario Émile de Girardin se veía en una fuerte crisis económica, lo cual no dejaba que lograra sostener sus periódicos, el más importante: La presse; pero tuvo dos exelentes ideas que fueron adoptadas por los diarios de otros países que crearon tendencias, una, vender publicidad entre las hojas, para así contratar el servicio de diferentes empresas, y la otra el poner en la parte inferior de las páginas, en la sección llamada folletón, se escribiera una novela por estregas, en las cuales día a día, mientras seguía publicándose el periódico, se fuera terminando. Esto atrajo a los lectores de la época, incluyendo a grandes escritores de la época como Honoré de Balzac, entre otros. Y de ahí surgió un modelo de escritura que hoy en día ha sido adoptado de nuevo por la televisión.
En un mundo en donde los periódicos ya no atraen a tantos lectores con las modalidades modernas, en la televisión se tuvo la idea de agregar este modelo de novela por entregas paro con el lenguaje audiovisual: de ahí nacieron las series televisivas, que hoy en día han tenido un apego al público tan fuerte que es imposible no hacerlas notar. ¿Eso llega a ser literatura?
Una vez que ya tenemos el significado de la palabra -literatura- es tiempo de ver el sentido que nosotros le damos. Hay que indagar en lo que nosotros consideramos cuando nos dicen literatura, en lo que creemos, en lo sentimos. ¿Una película puede llegar a ser como una novela? No es fácil, y creo que tampoco necesario, comparar dos lenguajes diferentes, pero sí hay cierta cercanía. Ahora, en la televisión, en donde se ha adoptado lo mejor de este modelo del periódico La presse, que al mismo tiempo se sujeta de lo mejor que un libro nos puede ofrecer, hay que recalcar si se encuentra esto. ¿Hay literatura en la televisión? Yo creo que sí, y una muy buena, de calidad y potencia.
Podemos ver desde el inicio de grandes series, obras que ahora son parte de la cultura que se transmitían por episodios en la pantalla chica atrayendo a un gran número de espectadores que cada tarde o noche acudían a ver el nuevo capítulo, series como Lost (cuyo creador ha declarado que él cree que las series de televisión son los nuevos libros), Mad men, Breaking bad, Masters of sex, más reciente, Stranger things, etc., -sin contar las adaptaciones de libros-, ahora son alabadas, y nos entregan este propósito que mucho se ha comparado de un libro con el cine, que es, en resumidas cuentas, el tiempo. Muchos hablan que en las películas aunque sean buenas, no da mucho tiempo para conocer a todos los persones, más cuando es una adaptación literaria, y que en dos horas (o poco más) no se puede encapsular todo lo que un volumen con una buena historia en páginas, nos presenta. Y es ahí donde entran las series que influyen con nosotros, crecen con nosotros y nos presentan en tiempos largos una historia con la cual nos relacionamos más, que llegamos a apreciar más con personajes que se llega a querer u odiar. Así como lo hace un libro, porque no importa que tan corto sea, un buen libro nos toma más tiempo de lectura que muchas de las películas más actuales que salen hoy en día. Y para aclarar, no quiero con esto desacreditar al cine, ya que como quiero aclarar de una vez, no me gusta tanto comparar lenguajes que difieren tanto; pero hay que aceptar que en las series de televisión podemos encontrar lo más parecido a las novelas a las que tanto nos acostumbramos.
Como conclusión, se puede decir que no todo es malo en la pantalla chica, hay mucho material que se puede disfrutar, del que se puede aprender, que llega a semejarse a lo mejor de lo mejor, y que no hay necesidad de desechar, porque desperdicio no tienen. Y además de series, aun hay más cosas que se pueden rescatar, cosas de las cuales me gustaría hablar con más detenimiento en otras entradas ya que sino, esta se alargará más de lo debido. Hay que aprender a conocer, hay que diferenciar lo bueno de lo malo; no hay que satanizar las cosas porque no las comprendemos bien, mejor es informarnos de lo que nos quiere decir, hay que aprender diferentes idiomas, lenguajes, gestos; hay que explotar este mundo en donde vivimos para así no perdernos de todos los milagros que nos rodean. Mejor hay que investigar antes de criticar. Y desconectarse no significa apagar la cabeza, hay modos de aprender, hay modos de relajarse y de perder el tiempo, solo hay que saberlo como hacerlo bien.
FUENTES:
Enciclopedia de conocimientos fundamentales, volumen 1: Español y Literatura, UNAM - SIGLO XXI
García-Pelayo, Ramón, diccionario básico escolar, Larousse
CIBERGRAFÍA
https://fr.wikipedia.org/wiki/La_Presse_(France)
http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/cb34448033b/date1840
http://definicion.de/literatura/
https://www.youtube.com/watch?v=6DbrMsNn21w
VÍDEO DE RECOMENDACIÓN:
https://www.youtube.com/watch?v=03yd0buMTYI
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