lunes, 1 de junio de 2020

El apocalipsis de SWANS

La experiencia del apocalipsis a través de la música.

En los tiempos que se viven, la ilusión del final de la vida en el mundo se ha convertido en una fantasía cada vez más común e incluso cada vez más apreciada. Tal vez la desilusión que nos ha proporcionado el presente y la poca esperanza que da el futuro es parte clave.

Las narrativas apocalípticas son más y más comunes en el entretenimiento, en el cine y en los libros. Se habla de distopías, de profecías antiguas, de hechos inexplicables que atraen nuestra curiosidad. La fascinación está en todos lados. En la música no podía faltar, y de entre todas las propuestas curiosas que se encuentran ocultas entre un mar de artistas exponiendo su arte, resalta el nombre de una banda, SWANS, la cual, a mi parecer logra explicar en su música el porqué de esta fascinación por el día final, por el día del juicio.


Tratar de hablar de su música es complicado, así que trataré ante todo hablar de lo que siento al escuchar sus canciones, una percepción personal, pero de la que trato a sí mismo obtener conclusiones más generales, ya que la idea de la pérdida de la inocencia de la humanidad es algo que me ocasiona muchas dudas. ¿Cuando comenzó? ¿En verdad éramos inocentes antes de todo esto? ¿El arte puede tener peso en esta revelación de la violencia del mundo?

Puede que de forma rápida se puedan contestar ya unas de estas cuestiones, y me parece que en realidad la humanidad nunca ha sido inocente, no hay una sola persona capaz de arrojar la primera piedra ni una sola que no revele oscuridad en el interior de sus pensamientos. 


Ya hay una larga historia del arte que puede mostrar como diversos autores tanto de las artes plásticas, escénicas o líricas asociaban imágenes aterradoras en sus obras para causar un impacto nuevo, para explorar rincones oscuros que antes nadie se había atrevido a indagar. Puede verse con El Greco y su Jardín de las Delicias, o Tirso de Molina y su obra El condenado por desconfiado (creyendo que en verdad él ha escrito esa obra), o ya sea H. P. Lovecraft y sus cuentos sobre la mitología que engloba a Cthulhu. Todas estas son pesadillas, pesadillas expresadas a través de distintos medios, ligadas por la ausencia de luz, junto con toda la posibilidad de significados que se le pueden dar a la luz. Pese a esto, son pesadillas a las que quisiéramos volver, ¿por qué, sino, todos los nombres anteriores son considerados clásicos?


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Más que una simple banda de rock, SWANS es un proyecto musical. Su trayectoria es extensa, con inicios en los años ochenta, pasando por un largo recorrido a través de la industria, teniendo éxitos y fracasos, con más malas decisiones que buenas, lo que llevó a su desintegración en 1997. A pesar de lo mucho que se puede hablar de las tensiones que sus integrantes manifestaban durante los años posteriores a su separación, hay que tomar en cuenta que nunca dejaron a la música en un segundo plano, e incluso fue por esas fechas en las que se presentaron varios de sus proyectos discográficos más aclamados y recordados hoy en día.

La historia de SWANs es interesante, pero no es lo esencial para entender su música, si hay algo importante a destacar es a la figura de Michael Gira, el líder de la banda, cantante y guitarrista principal, mente creativa responsable de la dirección tan particular que ha vuelto legendaria a la banda. Gira, a pesar de la separación de SWANS, nunca se alejó del mundo de la música, y siguió trabajando en otros proyectos en los que se observó su lado más experimental, y tras diez largos años decide regresar a la vida su antigua banda, con una nueva formación de músicos, pero con las mismas intenciones en su exploración, pero teniendo ahora tras de sí casi treinta años de experiencia.

El resultado no podía ser menos, cinco discos entregados a lo largo de diez años, tres de ellos considerados de entre lo más destacable de la música de la década, nuevos y viejos fans veían con grandeza esta nueva propuesta de la banda, y, de forma muy inigualable, una aproximación masiva al sonido del apocalipsis.


Esto no significa que nunca hayan tenido aproximaciones a tal tema, ni tampoco que estos trabajos que destaco hablen, de forma explícita, sobre el fin del mundo, sino que es los que se puede deducir esta idea, y esto debido a una cualidad muy particular que maneja la música de SWANS, un arma de doble filo que caracteriza la etapa moderna de la banda, y es la ambigüedad.


El sonido que adquiere la banda es meditativo, casi atmosférico; es un sonido denso, con poco dinamismo (en su mayoría) pero cargado de tensión. Las guitarras eléctricas llegan a niveles inimaginables de distorsión y agresividad. Las letras son abstractas y no se adhieren a ninguna estructura concernible. Las palabras son gritadas con furia, la voz de Gira imita al ruido que los instrumentos a su alrededor crean. El significado parece ser lo menos importante, no es lo que se busca en este estilo de música, no hay un mensaje claro o una idea de la que aferrarse, hay un destino que no dislumbra con claridad, hay una intención que cuesta descubrir, pero que existe.


Pocas veces se habla de la muerte de forma directa, pero es una idea que no abandona nunca a la música, hay un sentimiento muy especial latente en cada segundo, en cada acorde de guitarra, una sensación difícil de describir y que se puede aproximar a la idea de contemplar algo de dimensiones tan inmensurables, y cuya existencia resulta incomprensible para nuestro cerebro. Es terror y respeto, admiración y repulsión, querer cerrar los ojos pero no hacerlo. Así se siente la Música de SWANS. Es de la misma naturaleza que las pesadillas lovecrafnianas más esperpénticas, y aun así es algo a lo que quieres regresar. ¿Suena familiar?


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Las pesadillas son cada vez menos temidas, al grado que la propia palabra pesadilla cada vez pierde su sentido original, volviéndose ambiguo el lugar de conciso. Se habla más y se escribe más sobre el terror en lugar de la esperanza. ¿Es esto un reflejo del mundo que se vive? A pesar de lo que se diga, a pesar del optimismo que muchos tratan de relucir, hay algo que se ha perdido en el espíritu de la humanidad, tal vez tras un siglo de guerras la esperanza más grande es la de no tener una muerte atroz y violenta. No hay piedad para el tiempo. Se sabe que será inevitable la muerte, lo que queda entre ese momento y el nacimiento es solo un gran vacío que es tratado de llenar. Es una sensación que se ha adherido a la vida, a nuestro presente. Se pueden vivir muchos años sin saberlo, sin tener consciencia de la realidad, incluso puede que haya vidas enteras felices de estar en el mejor de los mundos posibles: al menos en mi caso, poca verdad encuentro en esa frase.

El hecho es que la muerte resulta atractiva, ya que es un fin al que nadie aspira pero que todos acepta, es un suelo firme. El miedo es la sensación más natural que poseemos y posiblemente la única que puede recordarnos que estamos vivos. Así que el consumo, en general, de obras que abarquen estos paradigmas no resulta algo curioso o extravagante, es nuestra gran realidad.

Muchas veces he escuchado a la gente decir, sobre todo a críticos, que les gusta las películas de terror porque en estas se puede explorar y expresar el lado más salvaje y aterrador del ser humano con total libertad. Los traumas, los sentimientos reprimidos, el odio y la depresión se manifiestan a modo de seres horrorosos, alegorías externas del interior de un alma rota. A través de los monstruos que vemos, se refleja la cara salvaje de nuestra naturaleza.

En la música es menos frecuente encontrar cercanía a estos temas, o al menos en lo que refiere a la música de gran consumo comercial. Esto no es en lo que me quisiera extender, no es el propósito de este texto, solo me limitaré a decir que la realidad se encuentra más segmentada que nunca en la era donde se supone que existe la mayor libertad para los consumidores.

Existe la música que habla del miedo, no se puede negar, hay artistas que no se limitan a expresar un único sentimiento en sus proyectos y deciden mostrar aquellos tormentos más profundos de sus almas. No temen en desnudar sus inseguridades ni de expresar los temores que los persiguen una vez la luz ha desaparecido. Es en estas obras más personales donde la mayor parte de la gente puede identificarse, o al menos así me ocurre a mi.

Michael Gira es un individuo atormentado por demonios peculiares, como ya se había expresado, estos son únicos, y por eso más atractivos. Su música se ha convertido en su medio de escape, su banda en el medio por el cual materializa sus pesadillas, y en efecto logra causar sensaciones únicas con su experimentación musical. Es difícil definir la música que realiza junto a su equipo, salen a la luz definiciones como noise-rock, post-rock, no wave, etc., se puede volver a extender la conversación hacia este camino, pero no es el propósito, solo decir que la forma de clasificar la música de SWANS resulta difícil debido a la ambigüedad que tanto se le ha delatado. Producto de eso mismo, es esta interpretación de la obra de la banda, o mejor explicado, de tres discos muy particulares, los cuales ya mencioné de forma vaga pero sin detallar ni siquiera sus nombres. Para ir más rápido, estos son: The Seer, To be Kind y The Glowing Man.

Es curioso, porque los tres proyectos son muy similares y a la vez muy diferentes entre sí, destacan características como la duración de los tres discos, todos de dos horas, minutos más, minutos menos; la atención se apunta ahora al reducido número de canciones, con lo cual si se hace un cálculo rápido se puede estimar que cada canción debe corresponder a una cierta duración promedio, como en el caso de To be Kind, compuesto de diez canciones, cada una debería de durar doce minutos para que haya congruencia; la sorpresa llega al ver que hay canciones incluso de cinco minutos, por lo tanto los minutos que faltan deben de estar agregados a otras canciones; la revelación sucede al revelarse que en cada uno de los discos hay canciones de media hora de duración. No es algo amable para alguien que no este a este tipo de propuestas, en las que las canciones largas no son novedad.


Escuchar SWANS es un reto, incluso para los que se encuentran más adentrados en los géneros en los que se categoriza. Apreciarlos es un mundo aparte. Entenderlos es algo único, sin verdad última. Yo entiendo, o dicho de otra forma, interpreto su música, en una forma muy personal, con esta idea que expuse al principio: la fascinación por el apocalipsis, la atracción al caos. Lo que quiero decir, en pocas palabras, es que esta no es más que una interpretación, y me baso en general en lo que siento al escuchar su música y en lo que interpreto de las letras incluidas en los tres discos que ya mencioné. Puede que en unos puntos me baso en las declaraciones que la propia banda hace sobre su música, la cual dotan de significados un poco diferentes a los que yo me he formado, pero no hay ningún problema en aceptar este hecho, puesto que mis palabras las puedo cambiar, las puedo formar a través de varias fuentes de consulta; la música, por su parte, ya está hecha, y no puede ser modificada, somos nosotros como individuos, que la aceptamos de la forma que deseemos.

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A pesar de tener un enfoque más dedicado a la muerte que al apocalipsis en esta trilogía de discos, yo he decidido tomar como iguales estos términos. Para propósitos de esta interpretación, la muerte es un apocalipsis personal, y ambos términos se asociarán con una idea más global, que corresponde al final, a esa sensación de concluir, o como ya la había llamado, al piso firme.

La forma en que clasifico los tres discos es de la siguiente forma:

        The Seer: de la creación a la destrucción de la naturaleza.
        To Be Kind: del nacimiento a la muerte del ser humano.
        The Glowing Man: de la concepción a la trascendencia del alma.

Desde este punto ya se puede hacer una aclaración importante, y es que a pesar de ser tratados de forma individual, los tres discos están relacionados de intrínsecamente, así que en realidad se podría de hablar de los tres en una sola continuidad, pero para efectos prácticos, lo mejor es verlos de forma individual, al igual que un vector puede ser descompuesta en sus componentes ortogonales para su estudio.

Y una aclaración no menos relevante es que es posible hacer un análisis de canción por canción, viendo como cada una aporta un punto diferente a la idea general, pero la finalidad se encuentra en su mayor medida en relacionar la fascinación de esta música con la fascinación por las historia apocalipticas, así que seré breve en la forma individual en que funciona cada tema para enfocarme más en el campo general de cada disco.

THE SEER

La naturaleza se impone, hay una mirada oculta en la oscuridad, un par de ojos vacíos que contemplan como la muerte se aproxima, como la desesperación incrementa. En nuestra sociedad no se encuentra este miedo, tras siglos de haber vivido en la tierra, la especie humana ha desarrollado uno de los sistemas más interesantes que una civilización pudiera construir: las ciudades. Tal es la diferencia de la ciudad con su entorno que se toman como realidades distintas, ambas hostiles a su manera, solo con la diferencia que en general la naturaleza es más temida por lo desconocida que resulta.

Nuestra vida citadina nos ha hecho olvidar este medo a lo desconocido que se encuentra en la naturaleza, los espacios son regulares y cuadrados; fuera de este espacio vemos curvas y rincones oscuros donde se ocultan temores impronunciables y sonrisas asesinas. Tememos a lo que se oculta, y el temor se permite ser manifestado por medio de un estado: la locura.


"Lunacy" es el tema con el que abre The Seer, y ya en pocos minutos (con seis minutos esta es una de las canciones más cortas de las que se hablará) resume en música casi todo lo que he escrito con anterioridad. Explicado de otra forma, todo lo que he escrito hasta este punto es una forma de expresar lo que siento al escuchar los primeros segundos de este disco, una apertura única que no guarda dentro de sí más que lo que su título anuncia. Es curioso porque el acorde que se da no es peculiar ni aterrador por sí solo, es un re mayor (D), pero al mismo tiempo es envuelto en un aura de instrumentos ajenos a la guitarra que se concentra solo en dar el re. Es a través de las percusiones que la locura llega, y aquí se encuentra el punto más importante que considero para entender esta interpretación: las percusiones. Hay casi un consenso total cuando se afirma que la música más antigua se encontraba formada a través de las percusiones, del golpear con la mano todo lo que se tenía a disposición y así encontrar qué sonaba mejor que lo demás. La música más primitiva es relacionada a aborígenes de África golpeando tambores hechos con piel de animales. El sonido de los tambores es la primera aproximación del hombre a la música, es la unión entre esta temida naturaleza a la mente más sofisticada que hoy muchos se dignan a presumir.


Bajo esta idea vemos como en el principio ya se manifiestan puntos importantes: la percusión es aquello que define el tan aterrador, la guitarra da un acorde que en principio es agradable, pero en este ambiente se vuelve fascinante, es ese lado de la naturaleza que todos deseamos más, la belleza, los colores que pueden formarse en el plumaje de un ave, en las flores o en los árboles. Unido a esto esta el temor: la naturaleza nace, el terror nace de este peligro. La locura es la consecuencia de esta disonancia.


este disco al ser el que se encuentra más ligado a la naturaleza, es también el que se puede considerar más caótico, en donde los escenarios más aterradores surgen para luego ser interrumpidos por las imágenes más placenteras que se podrían esperar. La mayor parte del disco se encuentra relacionado a lo que se dijo de la primera canción, "lunacy", pero también hay puntos de calma, canciones que se salen del propio molde que se había construido para recordarnos que el miedo no lo es todo en la vida, cosa que se escucha de forma clara en "Song for a warrior".


En lo personal debo decir que esta descripción no la encuentro muy acertada, puesto que tal modificación tan drástica altera la experiencia general del disco, así que este lo consideraría el menos mejor de los tres, pero no por eso es malo, sino que, como ya había dicho, es en realidad irregular.


Pese a todo también tenemos al final del disco el punto más cercano a un verdadero apocalipsis musical, o a lo que llamaría el asesinato de la propia música, de una forma despiadada, sin cuartel, y no censuran la masacre que es propinada, sino que te obligan a ser testigo de este hecho sin poder hacer nada. Esto ocurre en un solo tema, "Apostate", canción de veintitrés minutos, un reflejo aun más violento de lo que fue el inicio. La odisea que es escuchar ese tema tiene por recompensa una de las conclusiones de un disco más espectaculares que podrían existir, como ya dije, te hace presenciar como la banda mata todo lo que había construido, pero no en el mal sentido. A través del disco son presentados seres aterradores, ocultos en las sombras o tan inmensurables que son ellos los que generan las sombras, por su parte, el apostata se niega a aceptar todo lo concebido.


En los últimos minutos de este tema ocurren dos cosas muy interesantes. La canción está ligada a través de una melodía simple que realiza una guitarra eléctrica, esta se desliza y transforma a veces, pero nunca desaparece. Llegando al final esta comienza a disolverse, de forma literal, ya que el sonido característico que tiene, al ser agudo y con la distorsión tan familiar de la guitarra, comienza a desaparecer, las notas se desafinan, se produce un espacio disonante, la voz de Gira se pierde entre blasfemias impronunciables, parece gozar al escuchar como se disuelve todo a su alrededor, y cuando se llega a los últimos segundos ocurre algo muy peculiar: todo desaparece y solo surgen un conjunto de percusiones, tocando nada en particular, solo guiadas por el pulso asesino que toda la canción había construido. La percusión, ese sonido que caracteriza a la unión entre la naturaleza y el hombre, surge cuando todo lo demás ha muerto, solo queda un caos sonoro que se ralentizara, agoniza, grita de dolor y poco a poco muere. es el fin. No queda nada después de esos golpes finales. Ha ocurrido el fin. O al menos esa es la sensación que produce. Es lo que había definido con anterioridad, se presenta la creación de la naturaleza, a manos de un dios divino o del puro azar, pero una vez que esta es creada, se tiene su final. Es un ciclo cerrado, una realidad inevitable.

TO BE KIND


En las canciones que componen este larga duración se encuentran las ideas más cercanas a la vida humana tal y como la conocemos. En la clasificación que hice de esta trilogía especifique que este disco comenzaba con el nacimiento, y eso es justo lo que ocurre con la apertura "Screen Shot". La canción comienza con una solitaria línea de bajo eléctrico, entrega la idea principal que no será abandonada el resto del tema, y al paso que ha creado se suman más elementos, entre estos destacado por la voz que solo se dedica a hacer un listado de elementos y aspecto que definen la vida. También comienza hablando de la ausencia, eso que parece estar ligado siempre a la vida, ya que siempre la idea de la vida atrae a de la muerte, caras de una misma moneda. La enumeración de aspectos que definen la vida produce la sensación de un nacimiento, es como si Dios dijera al ser que nace aquello que sentirá en vida, todo lo negativo y todo lo positivo, hay amor y miedo, hay dolor y alegría. ¡Respira ahora!, reclama la voz al final, la canción se esclarece, no abandona el motivo con el que inició pero este ya no es oscuro, sino que brilla a través de campanas que son tocadas con toda la fuerza que estas pudieran contener. Es una vida, algo único, un milagro que cuesta entender y que ocurre en todo momento. Es un nacimiento.


A lo largo de lo que compete al disco se seguirá con la presentación de nuevos aspectos que se asocian a la experiencia de estar vivo, se habla del amor, de la tristeza, de los placeres carnales y de las religiones (no de forma amable). Y un hecho importante es el énfasis que hace en la respiración, acción vital que nos da la vida, muchas veces olvidada o subestimada, aquí es un eje importante para la comprensión de la vida, mostrado de la forma más cruda posible en la canción "Oxigen", en la que se retrata la sensación de no poder respirar. De forma literal Gira agota su aire al cantar, extendiendo los versos hasta el límite que su voz deja de pronunciar vocal alguna para convertirse en un gruñido desesperado. Este disco se encuentra arraigado al cuerpo humano, al espectro físico, tal vez se llega a hablar de amor y sentimientos más complejos, pero estos son expuestos de forma agresiva por su manifestación física, como lo sería el sexo en el tema "She Love Us".


Un punto aun más notable se encuentra e la idea de Michael Gira de lo insignificante que también puede llegar a se la vida humana, gobernada en la mayor parte de su tiempo en experiencias poco trascendentales para no decir mundanas. Toda esta parte de la experiencia de la vida que se encuentra sujeta a las acciones cotidianas que son efectuadas de forma casi automática se engloba en la canción "Some Things We Do", pero lo curioso se encuentre en el hecho de que esta es la canción más corta del disco, con una duración de cinco minutos, reforzando la idea de lo poca importancia que se presenta a estos aspectos en este disco, a pesar de ser los que forman casi todo el grueso de una vida.


De esta forma, el desarrollo de una vida es presentado. En las primeras cinco canciones se puede encontrar más relación en las líricas a lo que significa la vida, mientras que en la segunda mitad del disco estas ideas comienzan a desaparecer, o más que eso, comienzan a corromperse, dejan a un lado su inocencia natural para ser oscuras, y la idea de la muerte comienza a florecer. Como ya se había explicado, "Oxigen" es un tema que habla de la muerte, de la experiencia de asfixiarse, algo con lo Michael Gira estaría obsesionado en presentar en su carrera debido al asma que sufría de niño, pero que trasciende más allá al presentar el primer escenario apocaliptico del disco: la voz que canta declara en un punto robé todo el oxígeno, ¿qué queda después de eso?, solo muerte, en pocas palabras.


Otra canción que llega a tratar el apocalipsis pero de una forma menos directa es "Kirsten Supine", que a parte de tener un título muy bello, es posiblemente mi canción favorita de la banda, pero lejos de mis preferencias esta es una canción que trae tras de sí un contexto más amplio, ya que la letra está inspirada en la película Melancholia (2011), del director Lars Von Trier. La película presenta un escenario apocaliptico, pero más que ser esta una historia de terror, es una indagación en los sentimientos de una persona deprimida, reflejando este tormento interno en el impacto de un planeta errante llamado Melancholia. La canción en sí hace la descripción de una escena icónica de la película, la cual es muy recomendable de ver, en donde uno de los personajes se acuesta a ver este planeta azul que se acerca a la tierra sin remedio, como la idea del suicidio en una persona deprimida. El final es poco esperanzador y Gira refleja esta sensación de pérdida en u tema que crece de intensidad de forma progresiva, casi de la misma forma en que lo hacía la ya descrita, "Screen Shot", pero esta vez no para anunciar al final el nacimiento (Live! Now!) sino para expresar la muerte.


La muerte propia se convierte en el fin global. Cuando nuestra consciencia se apaga no hay nada más, ni memorias no anhelos, pasado o futuro, todo se desintegra, por eso no es difícil asociar esta experiencia final con la extinción de todo lo que conocíamos. La muerte de una persona es la muerte de un mundo, la muerte de una parte de la historia que no deja de correr pese a todo. Todos los días son el último día. Todas las muertes son una sola muerte. Es lo único en lo que no hay diferencia, en ese destino, ese piso firme al cual la gravedad nos atrae. ¿Por qué pensar tanto en eso? Si la muerte es inevitable que caso tendría ensoñarla tanto. Ya lo había explicado, por que debido a lo que nos ha enseñado la historia pueden existir muertes peores que otras, y lo que todos desean es tener la menos horrible. El apocalipsis es un final abrupto, si un plantea errante choca contra la tierra ya no habría nada que hacer, no tecnología que nos salvara ni alma que se salve, es la muerte definitiva y el contacto con la parte más fría del suelo, es abrupto pero es rápido, es lo que más en el fondo deseamos. El apocalipsis repentino es un deseo, es un sueño, pero no parece ser algo real.


Por los tiempos que se viven parece ser que vivimos en la agonía de nuestra especie, y esta muerte es lenta y muy dolorosa. Lo que se desea es la recuperación o el final rápido, pero no el sufrimiento.


SWANS no nos cumple ese deseo. Su muerte no es repentina. A pesar de aludir a esta, solo lo hace a través de la fantasí. Al final de To Be Kind se presenta el destino tan ansiado, tan temido y esperado a la vez, es la muerte definitiva, el cuerpo al que vimos nacer, que creció, que amó, comió, odió, aprendió (¿tal vez mató también?), etc., ese cuerpo que todo lo ha vivido, que ha sufrido y se ha corrompido, que ha añorado y llorado, que ha tenido sentimientos sinceros y falsos, al final, pierde y llega a su punto final. Se llega con el tema homónimo al disco, "To Be Kind".


La primera parte del tema es tranquila, emulando a una canción de cuna, abrigando la idea del regreso de la niñez en la vejez, la voz repite el nombre del propio tema de forma dulce, tal vez aquí se pueda tener un poco de confusión ya que kind en inglés significa amable, así que el ser amable parece ser más que nada una sensación vaga. Aquí hay que resaltar que la palabra Kind es tomado en otro significado, que sería en el idioma alemán, en donde kind se puede usar para hablar de un niño. Entonces el tema en realidad refiere al ser un niño. Ahora ese es el sueño, al final solo se quiere regresar al comienzo. El tema sufre una metamorfosis increíble a la mitad, en donde esta parte dulce acaba para convertirse en el temor ansiado, la agonía, la verdadera agonía: aquí resaltan todas las cualidades del sonido de SWANS, la agresividad, la distorsión, el ruido, la potencia, todo es expuesto, todo sale a la luz, todo estalla en nuestros oídos. Si antes nos hacía testigos de la destrucción de la naturaleza con la degradación de los instrumentos hasta llevarlos a su esencia más antigua, ahora la muerte del humano es un crescendo mortífero, de nuevo nos hace testigos de un hecho atroz, más carnal, sin la posibilidad de ayudar o de escapar. Esta muerte es lenta, pero no eterna, no hay esperanza alguna, todo acaba. Ha muerto. La humanidad ha muerto.

THE GLOWING MAN


Las cosas son ahora diferentes. Esta tercera pieza del rompecabezas llega a darle unidad a la obra, pero también a complicarla más de lo que ya era posible hacerlo. The Glowing Man lo expresé ahora en dos palabras: Concepción y Trascendencia, de nuevo un camino que se recorre pero no hasta un final claro, sino hasta la llegada a lo que se podría considerar el paraíso. Este disco al igual que los anteriores se extiende en puntos de un camino recorrido, pero ahora este camino no es tan visible, no hay el crecimiento de un cuerpo o el transcurso de la historia. Es algo aun más ambiguo, pero no de la misma forma que eran los dos discos anteriores, aquí esta falta de significado apunta a otra dirección, que se podría ejemplificar por medio de esta analogía. Tanto The Seer como To Be Kind apuntan a un mismo punto, a una misma diana, que es el inevitable final de la vida, por su parte The Glowing man parte de este fin al que los otros discos llegaron para alzar su tiro al cielo, la cuestión aquí es no hay forma alguna de saber si en realidad logrará impactar con algo la flecha o solo seguirá subiendo por toda la eternidad. Al parecer Gira no es del todo pesimista y aun hay una creencia de algo más allá de la vida, la trascendencia.


El disco abre con una idea no muy diferente a la metáfora de las flechas, ya que alude a apuntar al cielo, y al viajar entre las nubes. Las dos canciones de apertura "Cloud of Forgetting" y "Cloud of Unknowing" son viajes a través de un espacio irregular, en donde los instrumentos no parecen estar fijos a ningún tiempo (suelo) estable, en donde poco se puede apreciar de estructuras. Esto es en un principio, puesto que los temas siguen una estructura muy similar a lo que se presentaba en los discos anteriores en donde al inicio de la canción son presentados temas o ideas musicales que se repiten y desarrollan hasta el formar un cuerpo sólido e indestructible, al igual que lo haría una bola de nieve al caer por una montaña, creciendo más y más hasta volverse imparable. Ambos temas "Cloud of Forgetting" y "Cloud of Unknowing" llegan a tener coherencia al final, pero eso no limita que al inicio hayan sufrido en su génesis un recorrido tortuoso para encontrara su forma. Esto podría resumir las ideas de los discos anteriores, como dos grandes pilares de dolor y desesperación hasta que se llega a entender una idea clara, esa idea es este disco, y se revela como tal, es la concepción de un elemento que faltaba en la propuesta. The Seer ya nos había hablado del miedo y de la paz, To Be Kind de la vida a la muerte, y en esta última pieza nos habla del espíritu que parece esconderse dentro de cada uno de nosotros.


Cierto es que al final de To Be Kind parecían enfatizar en la oscuridad y en el vacío como lo único que hay en realidad tras la muerte, pero ahora hacen la diferencia al decir que eso es solo para el cuerpo, pero que hay algo, algo que es parte de nosotros, que no se encuentra en el cuerpo, tal vez se le pueda llamar alma, y esta esencia desconocida es la que permanece una vez todo lo físico ha desaparecido. Aun así la idea no es presentada de forma tan simple, ya que no es un seguimiento lineal de la historia, no hay vida después de la muerte como tal, sino la permanencia de algo que nos define y que no muere, sino que solo viaja al cielo sin apuntar a alguna dirección concreta. No se puede decir que la perspectiva que se toma en este disco es la del propia alma, sino la de la persona soñando con esta, añorándola.


Tal vez el individuo que sueña con la trascendencia es el mismo que teme a la muerte lenta. Esto puede deducirse de las propias letras de las dos canciones ya mencionadas, ambas escritas en formas de rezos, ¿a quién?, eso nunca se contesta, sino que las letanías son pronunciadas con fervor, pero a su vez pasan de la adoración al odio, pero no al odio a quien se ruega, sino odio a uno mismo, a la especie. Es la negación de lo vivo par añorar lo espiritual, lo metafísico antes de lo físico. En las letras hay más dolor que nada, pero la esperanza nunca desaparece, la esperanza de la salvación.


El camino entonces comienza como un anhelo, en la mente es creada la idea del alma y sin mucha cuestión es aceptada. El disco sigue y ahora presenta de nuevo las cualidades de un apocalipsis, esta vez diferente, ya que es la toma de conciencia de que se vive en la agonía del mundo y que no hay nada por hacer para adelantar la velocidad de este proceso, dolor representado en "The world looks Red - The world looks Black". Y al parecer esto solo es reforzado por los escenarios que son presentados a continuación de nuevo en dos canciones que lo único que hacen es expresar temor por la humanidad, "When Will I Return?" y "Frankie M", siendo la primera de las mencionadas una canción que expresa la experiencia de una violación, cantada por la mismísima esposa de Michael Gira, Jennifer Gira; y la segunda de estas un tema que se relaciona con la muerte de una persona debida a su adicción a las drogas, que al parecer de uevo se basa en una experiencia real.


El escenario plasmado no es nada alentador, es doloroso y triste, pero es a su vez un componente que no se puede ignorar de la condición humana. En el disco anterior esta era expuesta de la forma más carnal posible, sin verdadero interés en esta, una exposición del cuerpo y su degradación, en este disco los sentimientos son más fuertes y son expresados a través de narrativas personales, más sinceras, más profundas, y que a la vez componen el paso que Gira propone para la verdadera trascendencia.


El recorrido del disco va desde la ensoñación a la realidad, el despertar en un mundo decadente en donde el anhelo máximo es la de morir rápido, el entorno responde con negativas y con golpes más fuertes, mas no mortíferos. La esperanza es nula pero de esta desesperación surge también la empatía, surge una conexión entre el cuerpo y el espíritu que perdura pese a toda adversidad. Puede que expresado de esta forma no resulta muy interesante la exposición del disco, pero también hay que decir que este es aun más ambiguo que los anteriores, por lo cual el significado que le doto es muy personal, y esa visión de esperanza es la que me gusta obtener de estas canciones, y si esta es llegada a ser expuesta, se hace de una forma aun más interesante de lo que llego a hacerlo en este análisis.


Aun así faltan un par de componentes, dos pasos más para llegar al final (¿final?) de esta obra, y es que una vez recorrido este camino que he expresado llega por fin el momento de la trascendencia, puede que esta sea en vida o una vez alcanzado el final de la carne. este proceso ocurre en "The glowing Man", el tema más largo del disco, de casi media hora de duración, un final para todo, el verdadero final que llega después incluso del apocalipsis, es la verdadera trascendencia y despersonalización, es la explosión más masiva que se podría producir en nuestras caras, ahora nos hacen testigos de este cambio, de esta revelación, que de nuevo es lenta, no eterna, pero sí dolorosa. Aquí al letra se limita a ser puro adorno, lo menos importante, sino que la misma música es la que expone todas las ideas. En esta canción se escucha que se repiten fragmentos de otras canciones de los discos anteriores, como es el caso de la introducción del tema "Bring the Sun / Toussaint L'Ouverture" del To Be Kind, en el que hay un paso gigante y destructivo de las guitarras y la batería dando un mismo golpe con pequeñas modificaciones armónicas, algo difícil de explicar en palabras y que vale la pena escuchar. Pero este regreso de los temas anteriores no es mero reciclaje, no es querer emular lo que había funcionado bien en los discos anteriores y repetirlo, sino que es dotar de un nuevo significado a aquello que ya conocían, así como aquel que trasciende da un nuevo valor a su propia alma al reconocerla, al sentirla parte de sí mismo, al concebirla; se encuentra algo que siempre había estado ahí presente pero que debido a nuestra infinita arrogancia habíamos ignorado. Se presenta ésta parte de nosotros que nos conecta con lo divino, más de lo que podrían hacer los rezos y letanías, o las propias nubes, aquí es donde se produce el verdadero resplandor del hombre, cuando se encuentra a sí mismo olvidándose de su entorno, de su vida y de su muerte, hay algo más que no nos abandona.


La reinterpretación sonora es magnífica, hay que decirlo, hay que hacer una mención especial a lo grandiosa que es "The Glowing Man", que pese a su aterradora duración es una pieza bastante accesible dentro de lo que una canción de media hora lo puede ser, es dinámica y atraviesa tantos escenarios que corrompe toda posibilitad de volver a entender la música de la misma forma en que se hacía antes. Es el Magnum Opus de SWANS, y ellos lo saben, no dejan nada en el tintero y permiten que el sonido fluya con la libertad que debería de tener siempre, así como el propio espíritu del hombre.


Que queda después de todo esto. Paz. La pieza con la que se cierra el disco y toda esta trilogía es única, es una canción más corta de lo que se había presentado en resto del álbum, de solo seis minutos, llamada "Finally, peace", es clara en su título en lo que da a entender. este es un pequeño epílogo, el último respiro que no abandona la esperanza y dice que al final se alcanza la paz, después de todo el miedo, de todo el dolor, de toda la desesperación o de la ansiedad, todo eso se va para llegar a lo que se oculta detrás de las nubes. Ya no hay crimen, ya no hay una muerte que presenciar, sino que lo que se nos presenta es el campo general de la vida, diluyéndose en un plácido color blanco, una miga de esperanza después de todo el calvario que se había expuesto, y el mensaje final de que ha valido la pena ese recorrido, ha valido la pena estar vivo.


♫♫♫♫♫♫♫

Una vez que se ha perdido todo, que más se puede esperar. Cuando la experiencia acaba hay un gran vacío, parece que el espacio estéril que construyeron se ha apoderado de tus adentros. Solo se podría respirar hondo y seguir con la vida.

La fascinación por esta banda y sobre todo por estos tres discos me han revelado que en verdad lo que me atrae es la idea del fin del mundo. No soy único en eso. Como lo dije al principio, en estos tiempos los sueños apocalípticos son comunes, y la razón se puede deber a todo lo que estos discos ocultan, todo lo que he escrito sobre ellos, todo lo que he aprendido a través de largos periodos de tiempo echándolos con la luz apagada o con los ojos cerrados, prestando atención a cada detalle, a cada sonido y a cada textura. De esta experiencia he sacado la conclusión de la importancia de la vida, de la importancia de los sentimientos más personales y de su exposición que pueden llegar a humanizarlos más, y que a pesar de todo el entorno, a pesar de los deseos de una muerte rápida, las añoranzas no deberían ir más allá de que en esperar que el alma no muera.


Para mi, el alma es algo inexplicable, y es a su vez lo que nos une a todos. La trascendencia de un alma es la trascendencia de todas las demás, así como la muerte de un ser humano es la muerte de la humanidad.

domingo, 15 de marzo de 2020

13 de marzo

este día solo tuve una clase. Salí de mi casa a las nueve con cincuenta minutos cuando me había propuesto salir a las nueve y media. No quería llegar tarde a mi única clase, no lo hice, pero sí tuve que correr para evitarlo. Llegué a las once con diez minutos a mi salón, aun no comenzaba nada, mi compañero de equipo me vio con alivio porque yo traía el reporte de la práctica pasada. En sí la clase era un laboratorio, de la materia de Mecánica de fluidos, y cada semana se entrega reporte de las actividades que se hacen. Cuando estuvimos todos ya (en total el grupo es de seis personas) el profesor nos dijo una frase memorable: en todo el mundo los mexicanos son reconocidos por llegar tarde, en todo el resto del mundo. Y remató diciendo: hay que llegar a la hora, no en la hora.
Sentado, esperando a que el profesor comenzara a explicar lo que haríamos ese día, sentí como mi garganta se resecaba, como dije había corrido mucho para no llegar tarde, y ahora dentro del salón, sentí un repentino cambio de temperaturas. En el exterior el sol resplandecía con intensidad, caminar bajo su manto no era diferente a un infierno, la sombra se recibía con gran gusto. En el laboratorio donde era mi clase la temperatura era baja. Laboratorio de termofluidos, con buen sistema de aire condicionado, de salones pequeños. Al entrar sentí como disminuía la temperatura, llegué y al sentarme comencé a sudar, de por sí ya sufro mucho de ese problema, no puedo moverme mucho sin comenzar a sudar como puberto de catorce años. Me limpio la frente con mi manga y respiro hondo para evitar toser.
En estos tiempos toser y estornudar es un mal signo, todos dicen que si uno se siente mal es mejor que no salga de casa, pero ese laboratorio no es una clase común, no puedo perderlo con facilidad, no pueden simplemente pasarme los apuntes, y además si no acredito el laboratorio, la materia de teoría también será reprobada sin importar qué calificación haya obtenido. No quiero eso, por eso corrí para llegar temprano.
El tema no tardó en volverse el centro de nuestra conversación, mis compañeros hablaban con el profesor, y rápido se hizo la pregunta clave, sobre si se suspendería clases en la facultad de Ingeniería por causa de la hacía poco declarada pandemía. El profesor se limitó a decir que hablaríamos sobre eso al final de la clase, por el momento, era mejor centrarse en las actividades programadas.
La clase dura dos horas, la primera se usa para dar una introducción y explicar los procedimientos que se llevaran a cabo en la siguiente hora. Después, se realiza lo establecido, se siguen los pasos del experimento, se obtienen los datos requeridos y regresamos a su lugar todo el equipo que se haya utilizados. En un caso como este no dejo de pensar en algo que nos dijo en clase mi profesor de Modelado de sistemas físicos, más o menos esto: los datos son una manifestación de una variable a través del tiempo. Las variable e incógnitas son mi pan de cada día, el punto de partida de todo lo que estudio, un echo que no se sabe su valor, solo que puede tenerlo. Todo lo que estudio sirve para encontrar una magnitud que me dicen que existe y que es significativa. Parece que hasta el momento es así, no tengo ninguna queja o al menos algo que decir sobre eso en este texto. Lo importante es que comenzó al práctica.
La segunda hora hicimos lo que se nos había explicado. El propósito de ese día era conocer el gasto másico en un flujo de agua, para eso utilizamos dos herramientas curiosas: dos tubos diferentes en donde se conocían los valores de las áreas donde atravesaba el agua, y con otras mediciones, se podía obtener la cantidad de masa que atravesaba la sección del tuvo indicada, y esa magnitud dividida entre el tiempo que costo tal proceso, nos ayudó a indicar dicho gasto de materia.
Este proceso, como en muchos de los casos de estudio dentro de la ingeniería, e incluso de la física, contiene una gran cantidad de idealizaciones, de variables que son omitidas porque no se consideran importantes o relevantes, o que su valor es muy pequeño que no genera cambios significativos en los resultados que se buscan. Trabajamos en un segmento reducido de la realidad, pero a través de esta misma realidad, lo cual siempre llevaría a incongruencias. Esto es algo que ocurre con frecuencia, las incongruencias, los errores de exactitud altos, respecto a valores nominales. Por le momento no dejo que eso me coma la cabeza porque no es más importante que lo que sucedió después.
Terminamos a unos cinco minutos de que concluyeran las dos horas de clase, así que el profesor pasó a anunciar lo que antes nos había antecedido: lo que las autoridades habían declarado sobre el corona virus. En pocas palabras el profesor pareció indicar que no estaba muy de acuerdo con las medidas oficiales, que parecían ser insuficientes y hasta indiferentes al verdadero peligro que todos vivíamos. El profesor dijo que se le estaba pidiendo a los profesores que comenzara a planear formas de dar clases diferentes al modelo presencial, estableciendo alternativas que las tecnologías más modernas nos permitían. Nada que indicara una pronta cancelación de clases, que, creo, era el punto de mayor interés entre nosotros, los estudiantes.
Si llega a haber un caso de un estudiante de la UNAM infectado, comenzaran a cerrase poco a poco las facultades, siguió mi profesor, al segundo caso, se cierra todo.
Sentí frío en mi espalda en ese momento, creo que en general todos los sentimos, era como si un velo invisible nos cubriera. Por unos momentos nos callamos y el pequeño salón, de paredes muy juntas, pintado de blanco, con buen sistema de aire acondicionado, se sintió más grande que nunca. Durante medio segundo vi a mis compañeros muy lejos, a metros de distancia de mí aunque estuviéramos todos en un espacio de menos de cinco por cinco. El profesor rompió+o el silencio anunciando más cosas, pero todos no podíamos dejar de pensar en esa posibilidad, o al menos, ese era mi caso.
Por lo general un anuncio de cancelación de clases resulta ser motivo de alegría entre los estudiantes, pero en este caso, y bajo las razones que obligaban a tal cancelación, solo podía sentirse preocupación. Sí, también deseaba la cancelación de clases porque la vida de estudiante siempre es un querer las cosas más sencillas de lo que son, y también quería no salir de casa, pero en el fondo sentía mucho miedo, un miedo muy grande que aun ahora, unos días después, no me abandona. escribo esto un domingo cuando lo narrado sucedió el viernes pasado: los sentimientos siguen frescos, ese frío que recorrió mi espinazo que no me deja aun cuando ya estoy en mi casa.
Veo a lo lejos, trato de imaginar las distintas posibilidades de todo tipo de suceso, y siempre termino enfocándome en cosas malas, en imaginar el peor de los escenarios posibles. Tal vez para muchos estamos viviendo en ese escenario, cuesta creerlo, digerirlo, pero no es así, estamos en un buen escenario pese a todo, o al menos yo vivo un buen escenario en comparación de mucha gente en el resto del mundo, y sé que podría empeorar. Tal vez me trato de preparar para que ese golpe no sea repentino, tal vez mi cerebro acostumbrado al dramatismo de telenovela y a la dramática barata empeora la realidad para trazar una trama complicada y excitante sobre supervivencia. No sé qué pensar al respecto. Siento miedo, creo que todos lo sentimos, tratamos de reír pero en el fondo no podemos olvidar ese terrible final que el entretenimiento gusta de vendernos, además de los medios.
Ya muchos hablan de esto, verdades sobre el brote de infección y su crecimiento exponencial, como lo mejor es no salir de casa y evitar lugares concurridos, que no hay que dejar que la preocupación nos quite el sueño, pero tampoco despreocuparnos del todo. El peligro es real, pero aun no es tan cercano. Las posibilidades de sobrevivir son altas pero no quiero formar parte de ese porcentaje excepcional que tatúa la historia. 

lunes, 24 de febrero de 2020

24 de febrero, 2020

¿Por qué esa señora me habrá dicho que me cuidara del sujeto de la camisa blanca? Ella se veía preocupada y no dejaba de ver hacia un punto lejano. Yo tenía prisa y no quería hablar mucho, así que trate de cortar la conversación que ella forzaba, me decía que me cuidara de un sujeto que se alejaba, que vestía de blanco y que parecía estar drogado o en un estado alterado, lo cual aumentaba su agresividad.

Estaba en Ciudad Universitaria, junto a la Biblioteca central, donde se encuentra un cubículo de bicicletas para los alumnos, en especial para aquellos que tuvieran poco tiempo para llegar a su salón que se podría encontrar bastante lejos, ese era mi caso. Me dirigía hacia el anexo de la Facultad de Ingeniería, ya eran más de las siete de la mañana y a esa hora comenzaba mi primera clase. Las personas que atienden este tipo de cubículos llegan a ser bastante

lunes, 15 de agosto de 2016

Juan Rulfo y el apogeo del criollismo

Después de la primera guerra mundial, el viejo continente quedó destrozado, y la idea de una Europa superior ante la barbarie que representaba el continente americano quedó igual. Los escritores que se habían influenciado de los grandes exponentes de países como Francia, España, Inglaterra, Rusia, ahora se desvanecían. Entonces llegó una generación más adecuada al mundo de la literatura hispana. Los nuevos escritores ya no eran hijos de las dictaduras coloniales, la independencia de los países americanos se hacía notar, y ahora lo que se veía eran las fuertes crisis que se vivían internamente, la pobreza a la que ya estaba acostumbrada el pueblo, la desigualdad, la escaces; y de dolores de tierra nació un movimiento que fue testigo de este dolor: el criollismo, nacido después de la primera guerra mundial y culminó al rededor de los años en la que la segunda terminaba.

Y en este movimiento también hubo singularidades: a pesar de que se compartió en todo el continente hispanoamericano cada país tenía aspectos singulares, entre los cuales cabe destacar

  1. La novela y el cuento de la Revolución mexicana de estilo poético y épico, sin perder lo vigoroso y rápido
  2. La prosa ecuatoriana de carácter proletario, crudo y realista  de manera desenfrenada, con un uso desmesurado del dialecto.
  3. En América central, la perduración y la brevedad del costumbrismo; la combinación de la literatura con la pintura, el anti-imperialismo como tema vigente.
  4. Prosa ampulosa y brillante de países del caribe.
  5. El individualismo chileno; detallado y de ritmo lento.

Criollismo
Y es en todo estos años en los que florearon grandes autores que hoy en día siguen siendo reconocidos como lo mejor de lo mejor en la historia de la literatura que ha vivido nuestro continente. Se pueden resaltar grandes y verdaderos nombres de honor como el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, el uruguayo Horacio Quiroga (considerado uno de los padres del cuento hispanoamericano con sus técnicas revolucionarias y sus ambientes hostiles), los mexicanos Martín Luis Guzman y José Revueltas, el salvadoreño Salvador Salazar Arrué (Salarrué), y el dominicano Juan Bosch; grandes autores de grandes obras, en las cuales se puede resaltar lo mejor que el criollismo, lo mejor de su técnica y de su temática, y que ha planteado las bases de la literatura que, años más adelante, dominó al mundo y aun hoy posee más reconocimiento. He realizado esta introducción del criollismo para hacer resaltar los nombres de los autores que he citado para poder así no perder la vigencia de su obra magistral que debe ser reconocida en las décadas siguientes, ya que aun componen todo un mundo por descubrir.

Dejando de un lado el hilo de la memoria, hay que hacer un recorrido en el tiempo, hay que ver que es lo que pasó después de que el criollismo se generara ya como un movimiento en varios países mientras se creaban grandes diferencias de estilos, pero que aun así han logrado clasificarse por su temática general: la vida en los campos, en las zonas pobres de América. El criollismo pegó como gran influencia en los escritores que nacían, había unos que se enfocaban en la crudeza de las revoluciones mientras otros hablaban más de lo triste que es la vida en los campos, los mitos que surgen en los pueblos pequeños y los conflictos internos ante temores como la muerte desde perspectivas tan inocentes y humildes.Pero, a pesar de lo bien que se estaba levando las influencias criollistas, el primer movimiento netamente americano, surgió un problema que fue lo que acabó con lo que yo llamo, su primer apogeo: lo que sucedió fue el inminente proceso de urbanización de las capitales de la mayoría de los países, proceso que comenzaría a mediados del siglo XX.

Tomando como raíz (base, cimientos, fondo) lo que nos dejó el criollismo, y con las nuevas influencias de los problemas de la ciudad, y con el nacimiento de nuevas generaciones que se sometieron a la vida entre calles urbanizadas, surge lo que hoy se conoce como el cosmopolitismo, un suceso que acaeció en todos los países de todo el mundo ante los estragos de las revoluciones industriales, la visión del hombre ante la máquina, el impacto de los edificios, y más adelante de los rascacielos, el camino en que nos dirigió la creación del automóvil, de las redes de comunicación, de las luz eléctrica y la incursión de los electrodomésticos como herramientas necesarias para una vida llevadera. dentro de este nuevo movimiento que nunca murió y solo se adaptaba a las sugerencias de cada región surgieron diferentes "escuelas" -si se pueden llamar así-, tres convalecientes que tuvieron primero un lugar en la pintura, o las artes plásticas: el surrealismo, el cubismo y el realismo mágico; y el existencialismo que surgía de la filosofía.
Surrealismo
Realismo mágico


Cubismo

Para hablar de estas "escuelas" creo que se necesita más tiempo, se necesita una introducción para cada una y un análisis de todo lo que nos otorgó, de las obras y los autores que las representaron y como se han ido alterando y deformando con el paso del tiempo, el legado que han dejado, la fuerza con la que pegan hoy en día, y como de eso se transformaron el los movimientos siguientes de la literatura hispanoamericana como el neo-realismo y la llamada década del  Boom, para eso creo que dedicaré otras entradas, pero ahora me enfocaré en uno de los autores que, en esta época del cosmopolitismo, surgió como uno de los más grandes escritores, y también de los más extravagantes.

Juan Rulfo nació en Sayula, Jalisco, en México. Vivió en un ambiente de pobreza extrema, ante un paisaje de muerte y dolor familiar que incrementaba año con año. Su niñez no fue nada fácil -eso se nota- y durante su transición de adolescente a adulto logró estudiar para contador. Sus dos padres habían muerto cuando él era un niño y vivió en la ascienda de su abuelo. Aquí hay un paso gigantesco, en el que después de esforzarse logró viajar al Distrito Federal (en esos años) donde comenzó su trabajo como oyente en la facultad de Filosofía y letras de la UNAM. Durante el periodo en el que trabajó y se mantuvo en clases, comenzó a escribir sus primeros cuentos, unos fueron publicados en la revista Pan, de Guadalajara. En 1952 obtiene una beca del Centro Mexicano de Escritores, con la cual logra terminar y publicar un libro de cuentos: el llano en llamas, y poco después, con el apoyo de la misma beca su primera y única novela: Pedro Páramo. De esos dos libros que publicó recibió rápidamente elogios de la critica, son apreciados aun hoy en día y se ha escrito montones de artículos respecto a lo que hablaba, del simbolismo de sus obras, y de la calidad que le mereció gran respeto. Murió en 1986.

Pero, a pesar de todo lo ya dicho, de todo lo que se sabe y se puede saber de su corta obra literaria, hay un aspecto que siento, casi no se frecuenta en las obras de Rulfo, y es la relación que estas tienen con el criollismo a pesar de pertenecer al movimiento cosmopolita en la escuela del realismo mágico y existencialismo, etiquetas que el nunca dejó de desconocer. Porque es así: las obras de Juan Rulfo nos muestran paisajes siniestros, pueblos abandonados en los confines de la ciudad, las zonas de más pobres del México que él vivió, la desdicha de la gente humilde, sencilla y analfabeta; pero no hay que dejar de notar que no siempre un movimiento literario se basa en la temática que generalmente se aborda, sino como se aborda. el modo en que Rulfo trataba a sus personajes han hecho que sus cuentos y su novela vallan más allá que una denuncia de lo triste que es vivir en el campo, de lo desolador o de lo mortífero, sino que él da un punto de vista más personal, una visión más existencialista mostrándonos no personajes anónimos que personifican lo paupérrimo de la sociedad proletaria -como lo hacía el criollismo-, sino que él se empeña en mostrarnos personas ante situaciones que parecen ir más allá de lo normal pero en los paramos que él vivía son de lo más común; es una lucha interna, por no dejarse dominar por los fantasmas del pasado, en donde se toman distintos puntos de vista de lo que nos rodea y hace incluso cuestionarnos la propia realidad, nos hace pensar más en el tiempo y la mucha o poca importancia que le prestamos. es por eso, sí, por eso y nada más que su obra es y será recordada.

Ahora recordando el título de esta entrada, de como es que se puede considerar a la enorme obra de Juan Rulfo (no por cantidad, sino por calidad) como el segundo apogeo, y, desde mi punto de vista, más importante de los años del criollismo se compone al paralelo que la madurez del cosmopolitismo como genero y movimiento. Vemos una técnica experimental, un modo de escribir rico en dialogo y párrafos cortos, con ideas sensatas y que van directo al grano, un estilo tan propio y que puede seguir impresionando a pesar de su antigüedad, que no se puede compara con nada más en el mundo. Ahora no me gustaría tanto abrazar el nombre de Pedro páramo, su novela que tanto he disfrutado leer y releer, sino más que nada de sus cuentos, y de como en unos puntos puedo explicar por qué estos representan la máxime de la influencia criollista, dándole un sentido más atrayente a la vida mexicana e hispanoamericana al resto del mundo.

***

Primero, uno de sus cuentos más conocidos: ¡Diles que no me maten! en el que se establece un ambiente más tenso al practicar como estrategia el inicio del cuento con lo que es casi el final. El primer dialogo es el mismo que el título del cuento, y con eso nos revela ya el conflicto del protagonista, la cual es su temor ante la muerte, una virtud que pertenece más a la gente de la ciudad, la cobardía y el sueño de un final tranquilo, cosa que se va revelando más en el proceso del cuento. Como ya he dicho, en su obra domina el dialogo, y aquí se nos presenta todo en esta forma, tanto así que la voz del narrador no hace sino contar pocas acciones y situaciones, todo se establece con lo que dicen los personajes, como que Justino, el hijo del protagonista tiene familia, el peligro que corre él mismo si hace algo para evitar la muerte de su padre, y la razón por lo cual lo van a asesinar. Hay un dialogo en especial que funciona como resumen al mismo tiempo del cuento, lo cito:

"...Ya he pagado coronel. He pagado muchas veces. Todo me lo quitaron. Me castigaron de muchos modos. Me he pasado cosa de cuarenta años escondido como un apestado, siempre con el pálpito de que en cualquier rato me matarían. No merezco morir así, coronel. Déjeme que, al menos, el Señor me perdone. ¡No me mates! ¡Diles que no me maten!"
Diles que no me maten
En este pequeño discurso se habla muy bien de lo que acontece en el cuento, y para no hablar más de la trama que, a pesar de ser breve y concisa, genera gran suspenso. Vemos un conflicto interno muy apresurado, que hace vertiginoso el ritmo del cuento, y desde el principio las preguntas se contestan casi sin dejar cavilaciones, sobre el crimen, la razón del asesinato de Juvencio Nava, cómo ha terminado en la situación, la razón por la que no desea morir, la razón por la que escapó de una muerte imaginaria al principio pero ahora palpable... Hay mucho que decir, pero algo que es más notable es la forma en que se presenta el relato, con diálogos, como aplicación de la tercera persona y son saltos inesperados, cambia a la primera persona, hablando más en modo de soliloquios.

***

Hay otro cuento que para mi es imperativo poder comentar; su nombre: Anacleto Morones. Para mi es necesario resaltar la importancia de este producto de Rulfo ya que  se ve una faceta de él no tan recurrente, que es la sátira, la vista cómica de la realidad, y de una muy palpable en la que se tratan temas como la religión y el juego del engaño. Hay que tener presente que este cuento es más una especie de farsa en la que poco a poco se nos irá revelando la verdad sobre el niño Anacleto, la verdad detrás de los "milagros" que realizaba y la mentira de su santidad; todo visto a través de una intensa platica entre diez mujeres y nuestro protagonista, Lucas Lucatero. Lucas también funciona como narrador del cuento, que nos delata todo lo que ocurrió en la tarde que lo buscaron para que acompañara a la procesión de las mujeres para así, dar testimonio del niño Anacleto y así conseguir la canonización. Poco a poco, con los diálogos cortos se revela la vida de los personajes, se les da tridimencionalidad y fuerza, se vuelven personas en tan pocas páginas, con virtudes y defectos, y muchos misterios que dejan una incógnita al final que no hace más que querer volver a leer el cuento para tratar de descubrir todos los misterios. Es sencillo de leer pero siempre conlleva a una discusión, sobre lo que era real y lo que era mentira, y aquí es donde vemos más a flote la escuela del realismo mágico, hablándonos de algo que puede resultar inverosímil, en un ambiente de engaño y frialdad. Pero, más que nada resaltaría el final, las últimas palabras que se escriben, una escena corta pero graciosa, que a mucha diferencia de lo que ocurre en sus otros cuentos en donde se ve más viva la tragedia y el dolor interno, nos da un final suave, relajado y que puede plantar una sonrisa en tu rostro:

"Después ella me dijo, ya de madrugada:
—Eres una calamidad, Lucas Lucatero. No eres nada cariñoso. ¿Sabes quien sí era amoroso con una?
—¿Quién?
—El niño Anacleto. Él sí que sabía hacer el amor."

Solo una vez que se haya leído el cuento, se entenderá la gracia que hace este pequeño fragmento, un final divertido y trágico a la vez, con implicaciones fuertes pero que, extrañamente, nos deja con un buen sabor de boca, nos deja satisfechos. Sin duda hace que nos recuerde todo el cuento, nos otorga un resumen catastrófico y risible, cosa muy extraña en Rulfo pero que también se puede apreciar en otros cuentos como El día del derrumbe.

***

Sin duda tampoco se puede hablar bien de Juan Rulfo sin recordar Nos dieron la tierra, y su inicio tan hermoso, tan triste y tan solitario: el inicio de uno de los mejores cuentos jamas escritos, la introducción perfecta a su mundo literario, al llano en llamas, al lugar hundido en donde la historia de nuestros héroes y villanos se torna en una encrucijada.

"Después de caminar sin encontrar ni una sola sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye ladrar a los perros.Uno ha creído a veces, en medio de este camino sin orillas, que nada habría después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta llanura rajada de grietas y de arroyos secos. Pero sí, Hay algo. Hay un pueblo. Se oye que ladran los perros y se siente en el aire el olor a humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza.Pero el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo acerca.Hemos venido caminando desde el amanecer. Ahorita son algo así como las cuatro de la tarde. Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde esta colgado el sol y dice:—Son como las cuatro de la tarde."

Desde estas primeras palabras ya comienzan a notarse varios de los puntos fuertes del autor, y su estilo, lleno de oraciones cortas, de ir al grano casi sin cavilaciones y por medio de la descripción de acciones nos muestra la situación. Se intuye que se habla de un grupo de personas, te imaginas un paisaje desolado y cubierto de un sol infernal, se dan vagas ideas de esperanza y de como esta se pierde; nos dicen que tienen sed, que tienen calor, que están perdidos, que están desolados; nos adentran a la situación con los sonidos, con las sensaciones y la repetición de frases que se guardan fácil en la memoria "se oye ladrar a los perros", "son como las cuatro de la tarde", y más dentro del cuento completo. Esto nos introduce dentro de un personaje sencillo, pero que puede sufrir tanto como nosotros, nos enseña que es humano y que, como todos, posee defectos, posee aspectos que lo hacen relacionarse. Nos habla de otros, poco a poco se introducen también y el paisaje termina de pintarse, se dan los últimos toques, y con el final, tan desolador

"Nosotros seguimos adelante, más adentro del pueblo.La tierra que nos han dado está allá arriba."

no termina de contarnos una historia concisa, no hay una trama tan clara y solo es un planteamiento de descripción del paisaje, el paisaje en donde transcurre todo El llano en llamas, y, me atrevo a decir también, su novela Pedro Páramo.

***

Aun hay más cuentos, y estos breves análisis apenas si hacen justicia de lo que merecen. La obra de Rulfo es sin duda de mis favoritas, la he leído y releído y sigo encontrando cosas nuevas, gustos nuevos, se adecuan muy bien a los paisajes que me rodean, y creo que por eso yo sigo encajando bien con los personajes que parecen que no son para nada fantásticos. entiendo la razón por la cual Juan Rulfo no le gustaba ser fichado como realista mágico, porque él no quería hacer metáforas de la sociedad en moderna con las personas que protagonizan sus cuentos; él quería escribir la realidad, y fue en esa realidad en donde encontraba el soporte para olvidar su pasado, un triste pasado.

 

En ocasiones he visto que a él se le ha comparado con Juan José Arreola, que entro los dos poseen muchas similitudes (a parte del nombre), que desde mi punto de vista solo es por la forma en que se presentaron sus obras, ya que los dos solo tienen una novela y una colección de cuentos, ambos son calificados dentro del realismo mágico y ambos son mexicanos. Para mi no hay comparación, sus obras son mundos diferentes, ambos buenos, pero muy diferentes aunque hablan casi de lo mismo. Si me dieran a escoger, en estos días, me quedaría sin duda con Rulfo; después quién sabe.

Nada puede negarse de la relación que tenía Juen Rulfo con el criollismo, es el apogeo más reconocido y que más ha dado de qué hablar. Con eso da orgullo poder leer esta etapa de la literatura de hispano-américa, nos da a entender más de las letras españolas desde el punto de vista de un mundo pisoteado, de las bajas cumbres, porque es ahí, solo ahí, donde la magia convive con la realidad, en donde solo este tipo de historias pueden ser escritas, y en donde nunca llegará a hablarse con fantasmas, nunca se podran derrochar santos ni podrán darse los lujos de acariciar la tierra seca con infinita tristeza, y comodidad.

FUENTES:

Mentón, Seymour, 2010, El cuento hispanoamericano, décima edición, FCE, Colección popular.
Rulfo, Juan, 2002, Pedro Páramo, editorial Planeta.
Rulfo, Juan, 2002, El llano en llamas, editorial planeta.

lunes, 8 de agosto de 2016

Literatura en la televisión

Hay ocasiones -no siempre- en las que decido tomar un descanso de usar arraigadamente mi cabeza para desconectarme en una de las acciones modernas que menos necesitan de nosotros como espectador (o se ha dicho que es así): ver televisión.



Sí, es verdad que la pantalla digital o analógica, o como se pueda ver, ha implantado aparentemente más males a la sociedad moderna que beneficios; cosas por la cual ha sido satanizada -desde mi parecer, de forma injusta- en las redes sociales, en las manifestaciones de índole insurgente (directas a la política moderna) y entre los grupos de "intelectuales". La realidad puede ser otra, ya que, como paréntesis, hay que tener en cuenta que en en el mundo en donde vivimos es muy presurizado, veloz, vertiginoso, y etiquetado con demás adjetivos que puedan representan desesperación; nuestra sociedad es así, el sistema del futuro es así y no hay nada para poder evitarlo, y lo malo no recae en las consecuencias que se avecinan con el cambio, con las personas que se acostumbraron a un mundo antiguo ahora ya decrépito, sino en como será tomado por las generaciones que llegan, por los pequeños que nacen rodeados de aparatos que se han desarrollado en más de medio siglo de investigaciones -que en realidad fueron muy gigantescas- aprendiendo los modos de la modernidad en pocos meses, o días; con todo esto no doy más que la introducción para hablar de algo que debe de estar muy presente en todos nosotros, en los nuevos modos de aprendizaje, en las cosas que se deben de enseñar en los colegios de hoy en día, que es la lectura de los nuevos lenguajes, tanto como el cinematográfico, como el empleado en la televisión, que no poseen divergencias notables. Leer imágenes es lo del futuro, y aunque no quiero -para nada- desacreditar a los libros y cualquier otro medio de comunicación escrita (periódicos, gacetas, folletos, blogs, etc.) hay que tener en cuenta que lo que gobierna nuestra vida es este dialecto audiovisual, y que se ha apropiado tanto de la cultura popular que ha cambiado dramáticamente el destino de las futuras generaciones. Regresando al tema de la televisión, hay que aprender hasta incluso como perder nuestro tiempo; durante todo el día, casi las veinticuatro horas que, muy subjetiva mente, lo forman, en la pantalla chica (que llega hasta más de las cuarenta pulgadas o solo una pantalla del tamaño de una palma, hasta el tamaño del móvil) se transmiten información en imágenes, la mayoría en verdad no muy necesaria, sino solo entretenimiento barato que funciona más que nada para distraer el cerebro al grado de dejarlo siempre distraído: comedia sin sentido, chistes de mal gusto, programas sosos que nos dejan una enseñanza equivocada de lo que es la vida, productos vacíos que solo poseen como arma los cráneos vacíos, y demás vicios que han puesto en el estandarte de la discordia al aparato más revolucionador del siglo XX y XXI.

Pero, a pesar de todo, de todos los tabúes cosmopolitas que surgen con la basura que es pacaz de crear la televisión, aun hay un hueco de luz. ¿Qué pasa cuando encontramos algo de buena calidad en algo que ha sido inculpado con el delito de no tener nada de buena calidad? ¿Es posible encontrar un programa bueno? Con mi experiencia sentado frente a mi pequeño televisor sobre mi sofá café, puedo decir que sí, que hay mucho de que hablar que sucede en la televisión, hay muchas cosas que en verdad necesitan reconocimiento, que necesitan ser expuestas, dialogadas, debatidas, que nos abren la mente como espectador y que no funcionan solo como imágenes vacías, sino que nos hacen mover los engranajes que se llenan de telarañas al dejar la vida a los vicios. ¿Existe literatura en la televisión?



Antes de nada, o todo, otro paréntesis, otro aspecto que quiero hacer entender, y es el significado de la palabra literatura, ya que por distintos medios me he dado con la tarea de buscar una definición de los más estable, he acudido a poner la planteada por la Real Academia Española (RAE) complementada con lo que me encontrado en mi investigación:

se define siempre como un modo de expresión artística, arte que se vale del lenguaje, herramientas como la palabra escrita y en ocasiones, la hablada; un termino que ha nacido del latín "litterae", cuyo significado es "letras"; concepto que posee una estrecha relación entre el arte de la gramática, retórica y la poesía.

Quiero con esto llegar a la idea de que en la literatura, es necesario un lenguaje específico, un modo de comunicación directa con la cual se nos habla de un tema a través de una historia. Y ahora hay que ver algo, algo que ya decía antes, y era que en la industria de lo audiovisual, se tiene un propio lenguaje, se tiene los propios códigos, un abecedario que como cualquier otro se compone de símbolos los cuales, cada uno posee su nombre. Hay que indagar más dentro del mundo del cine para conocer esto, y al final les dejaré un vídeo en el cual se puede explicar la idea que quiero proponer. Pero a lo que quiero llegar, es que en un vídeo, en una película lo que vemos no es más que un texto, un texto que no todos sabemos leer, ya que como desde pequeños nos enseñan a entender cada símbolo del abecedario castellano -en nuestro caso como hispanohablantes- y que con eso comprendemos que con letras podemos formar palabras que a su vez forman oraciones, párrafos, textos, cuentos, novelas, informes, artículos, etcétera; también es indispensable conocer el significado de este lenguaje audiovisual, cosa que no se enseña del todo bien hoy en día, y que aun no pega con la fuerza necesaria a pesar del avance que vive nuestro mundo.

Al ver una película, como ya he escrito, nos están hablando, hay una historia que no solo se cuenta con los diálogos y las acciones, ni con la trama principal, sino que también involucra a lo que vemos, que no es solo un adorno o un modo de exponer más sencillo la historia, porque no, el cine no es sencillo. entender lo que dicen las imágenes nos puede hacer comprender las diferencias entre una buena película y una mala, así como el tener un buen conocimiento de la lengua española nos puede hacer diferenciar de un libro bien escrito y uno mal escrito. Todo es cuestión de saber leer, de saber donde van los espacios, las comas, las tildes y los nexos, y eso, como todo, solo se puede ir mejorando con la practica, con el leer a los buenos autores.

Y entrando en temática, alzando la pregunta que ya plantee ¿hay literatura en la televisión? Agora comprendiendo que así como un libro y una película son no más que textos que utilizan lenguajes diferentes, que se enfocan en comunicar, hay que hacer un breve repaso histórico.

En 1840, en Francia, ocurrió algo, dos aspectos que han revolucionado el mundo para formarlo en parte, como lo conocemos hoy en día. El empresario Émile de Girardin se veía en una fuerte crisis económica, lo cual no dejaba que lograra sostener sus periódicos, el más importante: La presse; pero tuvo dos exelentes ideas que fueron adoptadas por los diarios de otros países que crearon tendencias, una, vender publicidad entre las hojas, para así contratar el servicio de diferentes empresas, y la otra el poner en la parte inferior de las páginas, en la sección llamada folletón, se escribiera una novela por estregas, en las cuales día a día, mientras seguía publicándose el periódico, se fuera terminando. Esto atrajo a los lectores de la época, incluyendo a grandes escritores de la época como Honoré  de Balzac, entre otros. Y de ahí surgió un modelo de escritura que hoy en día ha sido adoptado de nuevo por la televisión.

En un mundo en donde los periódicos ya no atraen a tantos lectores con las modalidades modernas, en la televisión se tuvo la idea de agregar este modelo de novela por entregas paro con el lenguaje audiovisual: de ahí nacieron las series televisivas, que hoy en día han tenido un apego al público tan fuerte que es imposible no hacerlas notar. ¿Eso llega a ser literatura?

Una vez que ya tenemos el significado de la palabra -literatura- es tiempo de ver el sentido que nosotros le damos. Hay que indagar en lo que nosotros consideramos cuando nos dicen literatura, en lo que creemos, en lo sentimos. ¿Una película puede llegar a ser como una novela? No es fácil, y creo que tampoco necesario, comparar dos lenguajes diferentes, pero sí hay cierta cercanía. Ahora, en la televisión, en donde se ha adoptado lo mejor de este modelo del periódico La presse, que al mismo tiempo se sujeta de lo mejor que un libro nos puede ofrecer, hay que recalcar si se encuentra esto. ¿Hay literatura en la televisión? Yo creo que sí, y una muy buena, de calidad y potencia.

Podemos ver desde el inicio de grandes series, obras que ahora son parte de la cultura que se transmitían por episodios en la pantalla chica atrayendo a un gran número de espectadores que cada tarde o noche acudían a ver el nuevo capítulo, series como Lost (cuyo creador ha declarado que él cree que las series de televisión son los nuevos libros), Mad men, Breaking bad, Masters of sex, más reciente, Stranger things, etc., -sin contar las adaptaciones de libros-, ahora son alabadas, y nos entregan este propósito que mucho se ha comparado de un libro con el cine, que es, en resumidas cuentas, el tiempo. Muchos hablan que en las películas aunque sean buenas, no da mucho tiempo para conocer a todos los persones, más cuando es una adaptación literaria, y que en dos horas (o poco más) no se puede encapsular todo lo que un volumen con una buena historia en páginas, nos presenta. Y es ahí donde entran las series que influyen con nosotros, crecen con nosotros y nos presentan en tiempos largos una historia con la cual nos relacionamos más, que llegamos a apreciar más con personajes que se llega a querer u odiar. Así como lo hace un libro, porque no importa que tan corto sea, un buen libro nos toma más tiempo de lectura que muchas de las películas más actuales que salen hoy en día. Y para aclarar, no quiero con esto desacreditar al cine, ya que como quiero aclarar de una vez, no me gusta tanto comparar lenguajes que difieren tanto; pero hay que aceptar que en las series de televisión podemos encontrar lo más parecido a las novelas a las que tanto nos acostumbramos.



Como conclusión, se puede decir que no todo es malo en la pantalla chica, hay mucho material que se puede disfrutar, del que se puede aprender, que llega a semejarse a lo mejor de lo mejor, y que no hay necesidad de desechar, porque desperdicio no tienen. Y además de series, aun hay más cosas que se pueden rescatar, cosas de las cuales me gustaría hablar con más detenimiento en otras entradas ya que sino, esta se alargará más de lo debido. Hay que aprender a conocer, hay que diferenciar lo bueno de lo malo; no hay que satanizar las cosas porque no las comprendemos bien, mejor es informarnos de lo que nos quiere decir, hay que aprender diferentes idiomas, lenguajes, gestos; hay que explotar este mundo en donde vivimos para así no perdernos de todos los milagros que nos rodean. Mejor hay que investigar antes de criticar. Y desconectarse no significa apagar la cabeza, hay modos de aprender, hay modos de relajarse y de perder el tiempo, solo hay que saberlo como hacerlo bien.

FUENTES:

Enciclopedia de conocimientos fundamentales, volumen 1: Español y Literatura, UNAM - SIGLO XXI

García-Pelayo, Ramón, diccionario básico escolar, Larousse

CIBERGRAFÍA

https://fr.wikipedia.org/wiki/La_Presse_(France)
http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/cb34448033b/date1840
http://definicion.de/literatura/
https://www.youtube.com/watch?v=6DbrMsNn21w

VÍDEO DE RECOMENDACIÓN:

https://www.youtube.com/watch?v=03yd0buMTYI

lunes, 18 de julio de 2016

Cincuate


Navegando por Internet me encontré con esta referencia:

(del nahuatl)
cin = maíz
coatl = serpiente

y todo lo que se pueda decir de la serpiente cincuate.

Paralelo a esto mi padre me contó algo muy peculiar respecto a estos reptiles, que tenía, más que nada, que ver con los mitos a los que se les relaciona. Trataré de contarlo de la manera más breve, y con esto no me refiero a la menos acertada, teniendo en cuenta lo imprudente que sería hablar mal de una de de estos seres rastreros, tan majestuosos como repugnantes y tan grandes como pequeños los quieras ver, teniendo en cuenta el temor que pueden generar; y hablando del temor hay que hablar del pasado, del tiempo en que no se sabía con certeza lo que era cada animal, en donde los medios no podían acercarnos a ellos de una manera segura por medio de imágenes y escritos como este; en ese pasado es donde, sin remedio, solo se podía adquirir el conocimiento de una forma empírica. Y en busca de más de una respuesta ante tales misterios que oculta la naturaleza para el hombre de la sociedad temprana, las bestias llegaron en forma de gigantescos huesos dentro de cuevas, de animales incomprensibles que causaban daño, y de la continua relación de estos a aspectos más divinos.

Desde el principio se tuvo respeto a los cincuates, estas serpientes que se ocultaban entre los campos de maíz (cuando la agricultura ya era parte fundamental de la vida humana) se les vio como seres protectores a pesar del terror que podían inducir, terror nada diferente al que produce cualquier serpiente, hay que asegurarlo. Y con el paso rápido de las generaciones por este mundo ocurrió lo que siempre sucede cuando dos especies están siempre en contacto; pronto, todos aquellos que cuidaban de no encontrarse con cencuates en el camino entendieron que estos reptiles se ocultaban mucho en las milpas porque ahí encontraban gran cantidad de alimento: estas siempre se infestaban de ratones y demás pequeños roedores que eran todo un festín para la llamada desde entonces "serpiente del maíz".

De aquí surge el mito, la alabanza de pequeños grupos de agricultores que criaban a estos animales para tenerlos como -por decirlo así- armas de defensa. Los sencuates se ocultaban entre las milpas, mas no les hacían nada, las victimas siempre fueron los roedores desafortunados que creyeron encontrar buen alcance de alimento entre las grandes cosechas de maíz de los que son nuestros abuelos.



He de aclarar que la palabra coatl siempre me ha parecido muy curiosa, muy atrayente, de una forma que no podría explicar correctamente. o que aun no sé cómo explicar. Y más por su relación en tantas leyendas tan magnificas del pasado que ocultan las antiguas civilizaciones. Tal vez ellos soñaron con nosotros como ahora nosotros soñamos con ellos, y así mismo soñamos con lo que será del futuro, que será de todo lo que hemos construido cuando la eternidad no haga sino que comenzar, hay que tener en cuenta lo que es la eternidad para entender la nada, así como el todo que nos rodea, la realidad y los sueños, las preguntas sin respuesta y la filosofía de las culturas.


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No hace mucho, de esta fecha, que visite a mi abuelo, él vive en el estado de México, en un pequeño pueblo perdido entre los grandes llanos que predominan y entre las montañas, que yo sigo asegurando, ocultan pirámides en su interior; no hay que olvidar que en algún momento la mítica ciudad de Teotihuacan estuvo cubierta por grandes cantidades de tierra arrastrada por el viento en lo que han sido, siglos de olvido.

Junto con mi padre emprendimos este viaje que ya es habitual para mi. Y es entre sus grandes tierras en donde puedo encontrar una tranquilidad casi soñada, algo que no se consigue en la ciudad.

Y mientras tomábamos sombra de un gran árbol mi padre me anunció de algo muy extraño que es muy inusual, y era que un pequeño cardenal volando de rama en rama del inmenso tronco. Me explico que estas aves se les ve de cerca muy rara vez, ya que casi siempre se alejan de las personas, y si ven una de lejos, vuelan aun más lejos: animales muy cimarrones.

Y ante esta afirmación empírica se tenía la duda del porqué esa pequeña ave se encontraba tan llegada a nosotros. Pronto notamos que la pareja se encontraba ahí: el cardenal con el "sombrero rojo" que tanto lo distingue y su pareja, café y menos atractiva, pero que volaba más aprisa sobre el árbol.

-Aquí sucede algo extraño -afirmaba mi padre.

Yo no poseía mucho conocimiento acerca de estas aves, por lo cual no podía asegurar lo que decía.

en fin, perdimos mucho tiempo viendo a la pareja volar sobre nosotros, a una distancia de máximo unos cinco metros, y esponjarse alzando sus pequeñas plumas como si estuvieran a punto de tacar a alguna bestia del cielo, además de chillar y graznar como si hablaran con la furia con la que Dios expulso a los ángeles insurrectos del paraíso.

-También graznan, ha de haber algo por ahí.

Pero cuando nos dimos cuenta, cuando notamos la razón de este alboroto en miniatura ya era demasiado tarde, pues el sincuate que se arrastraba por los troncos ya había alcanzado el nido de la pareja ovípara, que había ocultado su pequeño hogar entre una rama muy alta, pero no imposible de alcanzar para un reptil tan legendario en estas tierras. Mi padre al notar la serpiente cazar a las crías que ya tenían pocos días de nacidos comenzó a lanzar piedras hacia la cabeza del animal, tratando de evitar el terrible final que ya había alcanzado a estos pequeños desafortunados. Me grito que la ayudara mientras mi abuelo corría lejos para evitar que no le cayera una de las grandes rocas que salían como proyectiles de nuestros brazos. Y mientras una de las crías era devorada otra salía volando, seguro que su primer vuelo ya que no había durado ni cinco segundos en el aire, para desplomare después sobre la tierra húmeda por las frecuentes lluvias.

Cuando la serpiente descendía hacía la tierra, abandonando el terreno áspero de la madera, mientras los padres chillaban sobre su nido vació, mi papá arrancó dos grandes ramas del árbol, me tendió una sin dejar de encontrarse a la defensiva y me decía que no perdiera de vista al reptil. Yo lo hacía, pero era difícil encontrar el cuerpo café y manchado del animal sobre el tronco que se secaba a la luz del medio día. Nos acercamos, pero cuando menos lo esperaba, mi padre ya gritaba que la había perdido de vista, yo igual; se había perdido entre las rocas del piso.

Pero, en un segundo, en menos del tiempo en que pude reaccionar para verlo bien, un golpe se escucho contra el tronco, y luego algo cayendo, un cuerpo frío que parecía ya haber perdido conciencia, el cuerpo del cincuate que había sido alcanzado por el palo de mi padre. Me acerque y él, victorioso, comenzó la tanda de palos contra el cuerpo vertebrado del animal que acababa de matar a otro; yo sentía que el ciclo se repetía, pues ahora, otro animal -pues no ha de olvidarse que también somos animales- mataba al reciente reptil que solo se alimentaba.

-Vamos, golpeale en la cabeza, que aun sigue vivo, y si no lo haces se escapará.

Apreté la vara que tenía en mis manos, no estaba seguro, pero tenía que hacerlo, era como terminal un ritual, una iniciación junto con la bandera de "así es la vida" la vida tan cruel que nos rodea, donde los más fuertes son los que sobreviven, o en este caso, los más sádicos. Y sin más remordimiento aplaste la cabeza de este animal divino varias veces hasta que sus músculos dejaron de reaccionar, y hasta que sus pequeños ojos perdieron todo encanto de vida; hasta que su quijada triangular, base de pirámides, se rompió y dejó entrever los dientes y colmillos con los cuales cazaba, y hasta entonces fallé el golpe, ya sin hacer nada, triunfante ante la realidad, pues todo esto era juego de la verdad, ni un dios y ningún demonio había intervenido, solo la verdad de la naturaleza.

La colgamos en la hoja de un nopal, dejando a la vista su cuerpo frío de un metro de largo; comida fácil para hormigas y demás especies carroñeras que se encargan de desaparecer los cadáveres de la faz de este reino.

Le tomamos fotos, imágenes para la posteridad, imágenes que se olvidan rápido y dejara todo en vista de una anécdota curios, y no más de lo que yo sentí. Pero como siempre, nunca digo lo que siento.

Ahora existe el fantasma de una serpiente, de una serpiente del maíz que me persigue en sueños. Y siempre que despierto sudando es porque de nuevo he entrado en el interior de un sincuate hambriento: me devora y adentro no hay más que muerte, lo peor, el sufrimiento total que jamás se pueda soñar, la disolución de la cerna, la perdida de la forma y la sensación de desintegrarse, de despedazare, de no ser ya nada más que basura...


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Hay más detalles importantes, pero estos igual se perderán en la eternidad, que cuando ya no quede más estrago de lo que fuimos, de lo que seremos y de lo que somos, apenas habrá comenzado, es por eso que mejor dejo la historia hasta este punto, solo diciendo que he entrado muy tarde al reino de la realidad. Mis manos ya no están del todo limpias.

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